¿Marcha por la Paz?
Ana Paula Cinta
Noticias En Exclusiva- (comentario en la red twitter).- Indudable resulta el dolor que vive el poeta Javier Sicilia por la muerte de un hijo, no hay palabras que logren describir el vacío que provoca la pérdida, esa realidad que hemos visto en los ojos de Alejandro Martí, de Isabel Wallace y muchas más víctimas del crimen organizado, esas lágrimas que demuestran poco de lo que adentro se vive, pero sus luchas han demostrado a los mexicanos, en carne viva, el dolor y sufrimiento al que los criminales los sentenciaron, así sin preguntar, de golpe, la delincuencia tocó a sus puertas para robar lo más grande de sus vidas, sus hijos.
Sin embargo, la marcha encabezada por Javier Sicilia, a la cual llamó “La marcha por la paz”, parecía no tratarse de lo mismo, se vio contaminada y aderezada con ingredientes que alteraron completamente el objetivo y denigró absolutamente el nombre con el que refería su caminata. El dolor del poeta parece hoy rebasado por el clima que vive nuestro país. El activismo social que ha tomado como ruta para enfrentar su realidad personal y la realidad de México se ha tornado en un ambiente de destrucción y no de construcción, que considero, es lo que requiere de manera urgente nuestro país.
De manera que, resulta clara la desviación lamentable de esta caminata que pudo haber sido el signo de unión de la ciudadanía para exigir verdadera aplicación de justicia, sin embargo, los intereses partidistas, electorales, y hasta intereses criminales y de grupos de rebelión se manifestaron y se involucraron en lo que se buscaba fuera un movimiento pacifico ciudadano de resistencia a la criminalidad, no al gobierno.
La intolerancia a la violencia, la impunidad y la injusticia, siempre ha sido una bandera lo suficientemente importante, pero también se debe tener cuidado en la repartición de culpas y responsabilidades. De este hartazgo ciudadano se han colgado diversos grupos que desvirtuaron la petición de paz que muchos buscaban en aquella caminata, la insignia “No más sangre”, algunas personas pertenecientes al SME, algunos miembros del EZLN, macheteros de San Salvador Atenco, no buscaban esa seguridad y justicia, sino el debilitamiento del gobierno que resulta un plato suculento para la oposición también, es una rica arma electoral la imagen de Estado fallido y gobierno debilitado, el desprestigio de las instituciones está logrando para nuestro país su propia destrucción.
Mucho se habla ahora de los muertos “que lleva” Calderón en su gobierno, esta frase, de total distorsión, nubla la vista para la verdadera búsqueda de soluciones, los muertos no “los lleva el presidente” han sido provocados por los propios criminales, los narcotraficantes, la delincuencia organizada, y contra ellos no parecieron manifestarse.
No dejemos el camino libre a aquellos que nos arrebatan todo de golpe y sin pregunta, y que ahora se han construido un culpable que los hace salir limpios, el gobierno.
Sin embargo, la marcha encabezada por Javier Sicilia, a la cual llamó “La marcha por la paz”, parecía no tratarse de lo mismo, se vio contaminada y aderezada con ingredientes que alteraron completamente el objetivo y denigró absolutamente el nombre con el que refería su caminata. El dolor del poeta parece hoy rebasado por el clima que vive nuestro país. El activismo social que ha tomado como ruta para enfrentar su realidad personal y la realidad de México se ha tornado en un ambiente de destrucción y no de construcción, que considero, es lo que requiere de manera urgente nuestro país.
De manera que, resulta clara la desviación lamentable de esta caminata que pudo haber sido el signo de unión de la ciudadanía para exigir verdadera aplicación de justicia, sin embargo, los intereses partidistas, electorales, y hasta intereses criminales y de grupos de rebelión se manifestaron y se involucraron en lo que se buscaba fuera un movimiento pacifico ciudadano de resistencia a la criminalidad, no al gobierno.
La intolerancia a la violencia, la impunidad y la injusticia, siempre ha sido una bandera lo suficientemente importante, pero también se debe tener cuidado en la repartición de culpas y responsabilidades. De este hartazgo ciudadano se han colgado diversos grupos que desvirtuaron la petición de paz que muchos buscaban en aquella caminata, la insignia “No más sangre”, algunas personas pertenecientes al SME, algunos miembros del EZLN, macheteros de San Salvador Atenco, no buscaban esa seguridad y justicia, sino el debilitamiento del gobierno que resulta un plato suculento para la oposición también, es una rica arma electoral la imagen de Estado fallido y gobierno debilitado, el desprestigio de las instituciones está logrando para nuestro país su propia destrucción.
Mucho se habla ahora de los muertos “que lleva” Calderón en su gobierno, esta frase, de total distorsión, nubla la vista para la verdadera búsqueda de soluciones, los muertos no “los lleva el presidente” han sido provocados por los propios criminales, los narcotraficantes, la delincuencia organizada, y contra ellos no parecieron manifestarse.
No dejemos el camino libre a aquellos que nos arrebatan todo de golpe y sin pregunta, y que ahora se han construido un culpable que los hace salir limpios, el gobierno.
Twitter: @AnaPaulaCinta
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