En voz alta
Por: Gerardo Viloria
(En Exclusiva.-Pluma Huésped).- La política es de circunstancias. Vale recordar que el pasado 17 de noviembre, aun bajo el liderazgo del cuestionado ex-gobernador de Coahuila, Humberto Moreira se anunció la Coalición “Compromiso por México que integraba a los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista y Nueva Alianza; en su momento se festejó dicha unión.
(En Exclusiva.-Pluma Huésped).- La política es de circunstancias. Vale recordar que el pasado 17 de noviembre, aun bajo el liderazgo del cuestionado ex-gobernador de Coahuila, Humberto Moreira se anunció la Coalición “Compromiso por México que integraba a los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista y Nueva Alianza; en su momento se festejó dicha unión.
Según lo trascendido entre las condiciones para firmar dicho convenio se estableció que el partido tricolor cedería a sus aliados las candidaturas en primera y segunda fórmula al Senado en los estados de Chiapas, Sinaloa, Puebla; Nayarit, Quintana Roo, Distrito Federal, Jalisco, Veracruz, Estado de México y Zacatecas. Lo que de inmediato generó la irritación y molestia de importantes cuadros priístas quienes se sintieron relegados y desplazados por los acuerdos cupulares.
Ante la renuncia del ex gobernador coahuilense Humberto Moreira, lo anterior dio pauta a reacomodos y a un supuesto equilibrio de fuerzas que permitió entre otras cosas la inclusión de cuadros que habían permanecido en el ostracismo.
Con el arribo de Pedro Joaquín Coldwell quien aún con una imagen de madurez y de respeto representa el regreso del "nuevo viejo PRI", así como la incorporación de personajes como José Murat, dentro del Comité Ejecutivo Nacional, para el PANAL fueron la justificación de la detonación.
El sábado pasado, aún cuando en los boletines se manejó como una "separación amistosa", tuvimos la noticia que tal alianza quedaba rota; tras de ello, de inmediato se dieron toda una serie de conjeturas.
Ahora bien, si es cierto que no existen hasta el momento realidades claramente definitorias del por qué tal disolución; también es innegable que no por ello, se puede dejar de hacer un análisis de lo acontecido.
Ante todo, podemos señalar que la venganza es un plato que se come frio, según reza el refrán. Bajo esta condición, debemos preguntarnos: ¿A quién le beneficia la disolución de la coalición electoral entorno a las elecciones del próximo julio? ¿Quién ha señalado que el PRI no es invencible y que si bien el Partido de Acción Nacional iba abajo en las encuestas en el 2000 y 2006, a pesar de ello, ganaron? ¿Quién está dispuesto a hacer cualquier cosa para que el PRI no regrese a Los Pinos? ¿Quién podría llegar a un arreglo político con Gordillo, a cambio del apoyo directo para las elecciones de julio? ¿Quién es el verdadero enemigo del PRI con suficiente peso político para haber realizado todo este enredo?
No se puede negar que ante la quiebra en las cúpulas de esos partidos, las complicaciones que desde semanas atrás se le acumularon al candidato priísta Enrique Peña Nieto, hoy se incrementan, pues la alianza con el PANAL representaban millones de votos que en una competencia tan cerrada como la que se proyecta para este 2012, pudieran significar el fiel de la balanza.
En torno al PAN, como señala, Ernesto Cordero Arroyo, "no le preocupa en lo más minino la ruptura entre el PANAL y el PRI", puesto que sabe bien que lo anterior pude beneficiar a su partido.
Tal posibilidad se puede apreciar en las reacciones de Vázquez Mota, Creel y Cordero, frente a la ruptura PRI-PANAL.
Y, aunque se conozca que ya no hay tiempo para que el PANAL realice una alianza electoral con el PAN; sin embargo, el aparato clientelar más sofisticado de México, está en posibilidad de efectuar un acuerdo informal que le permita sumar votos al blanquiazul, como ya hizo anteriormente. ¿Usted qué opina?